«Tiro de larga distancia» de Craig Hodges

«Tido de larga distancia» es un libro de deporte y política. Para amantes del baloncesto y de la lucha de los negros por la libertad. Es la historia de Craig Hodges, doble campeón del anillo de la NBA con los Chicago Bulls. ¿Y cómo es que no sale en el documental “The Last Dance” de Michael Jordan? Leyendo este libro lo entenderás.

Craig Hodges es el segundo jugador de la historia (junto a Larry Bird) ganador de tres concursos de triples seguidos. También tiene el récord de meter 19 triples seguidos y el de hacer 25 puntos en una sola ronda. Sin embargo, la NBA le rechazó en el momento más alto de su carrera.

Hoy estamos a apenas unos días de conocer el resultado de las elecciones en Estados Unidos; hace unas pocas semanas finalizó la temporada más extraña de la NBA, en plena pandemia, en la burbuja de Disney; celebramos la victoria de Los Ángeles Lakers con un LeBron James tremendo e implicado en el “Black Lives Matter” (“las vidas de los negros importan”) y la lucha de los derechos de la comunidad afroamericana. Esta autobiografía, editada por Capitán Swing, nos muestra que para llegar aquí ha habido injusticias tremendas como la que sufrió Craig Hodges.

Los cheques millonarios en el deporte profesional han comprado el silencio de muchísimos deportistas que han ocultado sus opciones políticas o las han alejado de sus carreras deportivas. Craig Hodges, nacido en una familia humilde y comprometida, siempre se sintió heredero de sus raíces africanas y tuvo claro que en su vida debía luchar contra la opresión racial, que en los Estados Unidos se traduce en cárcel, pobreza, drogadicción, infravivienda y asesinatos. En 1991 Hodges visibilizó su libertad de expresión vistiendo un “dashiki”, traje blanco africano, en una audiencia ante el presidente Bush (padre).

Hasta entonces, poquísimos habían sido los deportistas estadounidenses significados en reivindicaciones: el boxeador Mohammed Alí, el jugador de béisbol Curt Flood, el jugador de fútbol americano Jim Brown o los atletas Tommie Smith y John Carlos. Seguidor de Martín Luther King y también de la Nación del Islam (aunque nunca ha sido musulmán), Hodges en seguida se implicó en acciones de formación, historia y compromiso con los jóvenes negros de los barrios más pobres, especialmente de su ciudad, Chicago. Nada de caridad. Fue el primer jugador novato en la NBA y representante sindical de los jugadores, frente a propietarios y agentes en algunos casos abiertamente racistas (pese a que 3 de cada 4 jugadores eran negros).

En el juego, Craig Hodges destacó por armar el brazo más rápido que nadie y por entender a la perfección el “triángulo” que inventó Tex Winter, su entrenador y apoyo de referencia, y que Phil Jackson lanzó al éxito en los mejores años del baloncesto en equipo de los Chicago Bulls.

La valentía de Hodges le costó caro. No siguió “las reglas del juego” de Jordán y otras estrellas, a las que propuso un boicot a Nike y a crear sus propias fábricas para apoyar a sus comunidades negras (que eran las que compraban las zapatillas y material deportivo fabricado con explotación laboral en Asia). Tras el final del contrato con los Bulls, ni un solo equipo de la NBA le hizo una sola oferta. Fue a Italia y promedió 30 puntos. Ni aún así. Sólo silencio.

Diez años después y tras vender sus casas y en la subasta sus anillos y trofeos, y hundirse en una depresión, de nuevo Tex y Phil Jackson contaron con él y le contrataron como entrenador de tiro para los Lakers de Kobe Bryant, con el que sí se podía hablar de política y cuestiones raciales, junto a otros jugadores. Allí también trabajó con Kareem Abdul-Jabbar, su ídolo de siempre y quien escribió “Pasos de gigante”, el libro que le inspiró para escribir este. En el libro, Hodges no esconde su vida más íntima, con su familia, la turbulenta relación con su ex mujer y madre de sus dos hijos, su afición por la marihuana.

A mí, que me apasionaba el baloncesto de esos años y me encanta el basket, me ha gustado mucho más este libro que el documental de Jordan, un relato almibarado y a medida de la gran estrella de todos los tiempos. «Tiro de larga distancia» me ha ayudado a entender por qué Isaiah Thomas o Clyde Drexler eran siempre “los malos” para un niño como yo de los años 90. O por qué algunos jugadores sobrebuenos siempre estaban a la sombra de Jordan.

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