“No quieren que lo sepas” de Jesús Cintora
Hace un año nos dejaron sin “Las Cosas Claras”. El periodista Jesús Cintora no ha parado desde entonces porque necesita comunicar para llevar una buena vida. Su pasión es hablar claro., conectar, compartir. Y en este libro, editado por Espasa, se le entiende. Nos propone que nos alejemos del forofismo y del seguidismo partidista, para pensar por nosotros mismos, con sentido crítico, autocrítico y alejados de la desidia.
En las 300 páginas de “No quieren que lo sepas” Cintora pone el dedo en la llaga de la corrupción, de las deficiencias en nuestra democracia, de los oscuros intereses que unen a los grandes capitales con mandos policiales, jueces alejados de la justicia y políticos profesionales.
El libro comienza con su propia historia desde abajo, en el seno de su familia y su entorno humilde, en el que despertó la necesidad de contar historias y destapar esas conexiones, esos datos, esas realidades que a menudo se ocultan en los grandes medios de comunicación para masas. Me ha parecido un libro muy complementario a «La patria en la cartera» del juez Joaquím Bosch.
Cintora hace ese periodismo que “tiene un fin social que pasa por sacar a la luz aquello que algunos quieren que se mantenga en la oscuridad”. Sabedor de que “la exposición mediática es decisiva en el panorama político”, Cintora toma partido. Pero no de un partido concreto. “Partidos, sí, pero más democracia, más conexión con la sociedad, menos servidumbres y menos culto a los líderes y sus círculos de poder”. Cintora se moja contra las injusticias, empezando la de los grandes conglomerados de las empresas de la comunicación, que definen qué se dice y qué no.
Y por cápsulas, unas 30, analiza algunos aspectos de nuestra actualidad reciente que debemos conocer: la politización de la justicia y los lazos turbios entre partidos y tribunales; la lacra de la corrupción de la mafia política y empresarial española (con apellidos que hacen negocios desde la dictadura hasta hoy: “Villar Mir, March, Entrecanales, Villalonga, Oriol y Urquijo, Espinosa de los Monteros, Domecq, Sagnier, Muñoz Ramonet, Barrié, Fierro, Huarte, Koplowitz, Coca, Banús, Aguirre, Carnicer, Cortina, Abelló, Meliá, Feonsa, Letona, Castell, Gamero, Ridruejo, Garnica, Deleitosa, Arteche, Cadagua…”, la lista es larga; los trajes a medida en Fiscalías y altos cargos; los desfalcos fiscales de Juan Carlos I (“sirvamos con mayor ahínco el afán de los españoles de construir una España cada vez más justa, integradora y solidaria, de todos y para todos”, dijo el emérito sinvergüenza en su discurso de Navidad de 2007); los partidos y las puertas giratorias, especialmente en el oligopolio energético; el negocio de las armas y la guerra (España es el séptimo exportador mundial, también a dictaduras terribles); la corrupción sistemática del PP; el control de las cúpulas policiales (“¿Y tú qué haces aquí? ¡Si tú tenías que estar muerto” le dijeron a un inspector de las tramas corruptas); los rescates a la banca (“España lidera el escalafón de los países europeos con más ayudas públicas dadas a la banca y que hemos perdido”, mientras solo en 2021 “cerraron más de 3.000 oficinas en España” y “finalizaron el ejercicio con alrededor de 12.100 empleados menos”); la pésima gestión de la pandemia (tanto del Gobierno central como de algunas Comunidades Autónomas); o el millonario negocio de las farmacéuticas y las vacunas).
Cintora propone salir del “y tú más” y de la desidia, no caer en las cortinas de humo, y analizar con rigor la realidad, crear, imaginar, hacerlo nosotros mismos, llevar una vida lo más felices que podamos.
“Hay cosas que son opinables. Otras son, sencillamente, mentira. Como periodistas, nuestro deber es decirlo”. Gracias, Jesús Cintora, por no callar lo que no quieren que sepamos. .