Epidemiocracia” de Javier Padilla y Pedro Gullón

“Nadie está a salvo si no estamos todos a salvo”. Frente a las epidemias y ante la actual crisis “matrioushka” (sanitaria, social, política, económica, ambiental, de cuidados, territorial…), este libro ofrece propuestas políticas concretas para dar respuesta a lo que estamos viviendo y lo que puede venir.

“La confrontación entre economía y salud tiene poco de nuevo, y los argumentos que se manejan en dicho debate apenas se han actualizado desde hace dos siglos”. Javier Padilla y Pedro Gullón son profesionales de la sanidad pública, médico de familia y epidemiólogo, respectivamente. Ambos comparten sus estudios de los determinantes de la salud y sus prácticas comunitarias, dentro del Colectivo Silesia, y firman un libro muy útil.

Voy al ir al grano, a las propuestas. Apuestan por un “Public Health New Deal”, un pacto en el que la salud pública atraviese y determine las decisiones que hemos de tomar sobre economía, trabajo, movilidad, urbanismo o alimentación. Se trata de enredar las políticas sociales y sanitarias para afrontar los principales retos colectivos que tenemos: poner freno a las desigualdades y a la soledad no deseada.

Reivindican nuevos derechos “pospandémicos”: derechos a respirar, a lo próximo, al arraigo y al ocio, con una mirada eco feminista y con los cuidados repartidos en el centro de las políticas públicas, junto al reforzamiento del estado del bienestar (sanidad, educación, pensiones, prestaciones de desempleo, vivienda…), políticas valientes de ingresos básicos (Renta Básica Universal) y reducción de horas semanales de trabajo.

La salud sí entiende de clases, como bien argumentan en el libro. Los humanos no somos virus. Lo que es un virus es el sistema económico que antepone los intereses del capital y de unas élites millonarias por delante de la vida de millones de personas y de la naturaleza.

Hacía el futuro, debemos prepararnos para lo impensable. En palabras de Keynes: “Lo inevitable rara vez sucede, es lo inesperado lo que suele ocurrir”. Las pandemias son problemas sociales, más que médicos. Lo estamos viendo estos días por todo el mundo: quienes mueren y quienes más sufren son quienes no tienen dinero, quienes no pueden protegerse en habitaciones asiladas, quienes no pueden trabajar con seguridad, quienes no tienen información o recursos para cuidar su propia salud. Las condiciones de vida (infravivienda, hacinamiento, falta de espacios abiertos en las ciudades, precariedad laboral, el modelo de movilidad…) condicionan nuestra salud. Al igual que lo hace la invasión de los ecosistemas y el aumento de la contaminación.

Las políticas de austeridad matan. Frente a los recortes en la sanidad pública, los autores proponen un Sistema Nacional de Cuidados, en el que lo social y lo sanitario estén mucho más coordinados, con una apuesta valiente por la Atención Primaria implicada en las redes vecinales y comunitarias, una desmedicalización y un uso de los hospitales más centrado en las intervenciones especializadas. Se trata de abordar, desde una mirada salubrista, las acciones políticas y comunitarias que reduzcan desigualdades y mejoren los cuidados compartidos. Con propuestas concretas como dar más protagonismo a la enfermería en los cuidados de personas mayores, con más atención a domicilio y más autonomía, entre otras muchas.

Plantean un sistema sanitario resiliente, que promueva la cohesión social y proteja a todas las personas: Aplanar la curva social mediante un análisis de los fenómenos de la salud entrelazado con la política y las desigualdades sociales.

Esta es una pequeña parte del libro, en el que se abordan muchos otros contenidos interesantísimo: el papel de la ciencia, la comunicación divulgativa, el estigma hacia personas mayores, infancia, migrantes o presas, el paternalismo de la Salud Pública, debates éticos y criterios sobre “¿A quién dejamos morir?” o la epidemiológica política y más.

Además, el libro, editado por Capital Swing, cuenta con un sugerente prólogo de Yayo Herrero, en el nos acerca de manera muy pedagógica su mirada compleja de la actual crisis civilizatoria. Yayo plantea la superación de la dicotomía capital-vida y un aprendizaje colectivo urgente para aprender a vivir con lo suficiente, repartir la riqueza y las obligaciones de cuidados, con resiliencia y univerrsalidad, tal y como defienden los autores del libro.

Un libro muy accesible, útil y necesario.

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