Tras el 8M… ¿y ahora qué?
Escucho y leo esta pregunta. Aquí 5 respuestas (para varias realidades complementarias):
1) Expulsemos al machista que llevamos dentro, con cambios notorios en nuestros hábitos cotidianos, personales y colectivos.
2) Sigamos organizándonos para decidir sobre nuestros cuerpos, expandir nuestras libertades y acabar con las injusticias y violencias que nos oprimen y matan. La organización de la Huelga 8M nos ha mostrado cómo nos podemos organizar de forma abierta, horizontal, diversa y colaborativa.
3) Cambiemos las reglas y las leyes, para defender lo común y mejorar las condiciones materiales de la vida: trabajos dignos y no precarios, pensiones públicas decentes, igualdad retributiva, libertades sexuales, socialización de los cuidados con cambios profundos hacia una nueva economía, mejor educación y servicios públicos, mayores permisos y ayudas por hijos a cargo, presupuesto suficiente para el Pacto de estado contra la violencia de género, etc.
4) Ensanchemos el campo de juego del nuevo ciclo político que se abre, un proceso constituyente liderado por mujeres, jóvenes y mayores, un pacto generacional en este país de países que ya está cambiando, con las reivindicaciones feministas en primera línea del debate político.
5) Salgamos de un sistema atravesado por el machismo, el patriarcado y la explotación, hoy defendidos por los que portan lacitos pero no ponen dineritos, quienes hasta el 8 de marzo de 2018 despreciaban el feminismo, votan contra sus luchas en todos los parlamentos e impiden que avancemos hacia la igualdad real para todas las personas y el fin cuanto antes de las violencias machistas. Enfrentémonos a quienes preservan sus privilegios e impiden que este mundo nuevo avance.
Seguro que tú tienes más respuestas. No te cortes en compartirlas.