PP: tocado y hundido
Hoy en el Pleno de las Cortes de Aragón, diputados del PP siguen superando líneas rojas que no deberían traspasarse en política: ataques infundados, mentirosos, a lo personal, burdos, incedentes, alejados de las responsabilidades políticas que cada quien asume. Sus insultos muestran el enorme nerviosismo que vive el PP, en uno de los peores días de su historia. Hoy me han atacado a mí.
Y no me da ninguna pena. Basta ya. He pedido perdón ante los medios por estos comportamientos inadecuados e infértiles en un parlamento en el que deberíamos dedicarnos a otras cosas. Que para eso nos pagan. Y yo por supuesto que ni he entrado, ni he respondido a los ataques.
Con lo complicado que es vivir dignamente en este mundo injusto, estoy harto de la corrupción, de que nos roben y no dimitan, de que les condenen por lucro y pretendan que no pase nada…. Quiero que la Moción de Censura prospere, que se cree un nuevo gobierno sin corruptos, que se acuerde un programa social, que se activen las leyes vetadas por el PP, que se permita que este país de países avance y prospere. Y ya hablaremos de los siguientes pasos. China chana, que decimos en Aragón.
No estoy eufórico, desde luego. Como no lo estoy ante un ascenso pagado por las élites del recambio del PP, Ciudadanos, diseñado para frenar los cambios y traer las mismas políticas del PP, ahondando en un neoliberalismo que nos quita derechos, libertades, oportunidades y nos aleja de una sociedad más justa e igualitaria. Frente a eso, nuestro intenso trabajo, constante y honesto, para que los de Rivera no alcancen gobiernos, que no nos impongan la hoja de ruta de los más ricos. Que la gente corriente tenga un espacio político progresista, diverso y plural, que lleve a Ayuntamientos, Comunidades Autónomas, al Gobierno de España y a Europa, propuestas concretas y realizables, que nos permitan afrontar los retos colectivos a los que nos enfrentamos, armonía en un planeta maltrecho, trabajos de calidad, reparto de la riqueza, servicios públicos aún mejores, derechos y libertades.
Lucho por mí y, sobre todo, por mi hija y las generaciones venideras. En un día muy emotivo para mí, 42 años después de la boda de mis padres…. y 17 años ya sin mi papá, presente cada día en mi trabajo, mi ilusión y mi fuerza.