“Panza de Burro” de Andrea Abreu
Andrea Abreu nació en 1995 en un pueblo del norte de Tenerife. Su infancia allí atraviesa su primera novela. El libro está escrito como allí se habla y está es, quizás, su característica principal. La lengua como vehículo de expresión, de descripción y de vocabulario, la manera de nombrar las cosas, de señalar a las personas, de indicar los lugares. “Casi nadie quiere viajar a un lugar donde lo entienda todo perfectamente”, escribe su editora, Sabina Urraca.
En “Panza de Burro”, editado por Barrett, las protagonistas son dos niñas que viven en la isla bajo el vulcán, bajo la densa bruma de la calima, en un barrio de cuestas empinadas y güertas de papas, con la playa a lo lejos, inaccesible mar. Allí se desarrolla su amistad, el amor, el sexo, la vergüenza y la aventura. Juegos con barbies y canciones de Aventura y Pepe Benavente, piscinas de plástico, bragas que se meten en la raja del culo, chats de mésinye, gatos y perros vagabundos, guiris jediondos en las casas rurales, las geimbois y los Rangers de Texas en la televisión junto a la abuela.
Es la particular y original historia de dos corazones palpitantes a una edad en la que de fisquitos de miedo a lo desconocido, aventuras entre maturriales donde rasparse de sangre las piernas y lugares donde estragarse el pepe. Un libro poético, trágico y sensual. Pura vida.