Azucre de Bibiana Candia
Rapaces que viajan de sus aldeas gallegas a Coruña y de ahí, en barco, a La Habana. De Galicia a Cuba. La isla es todo el tiempo el lugar de las primeras veces para estos niños gallegos: palmeras, ropa limpia, plátanos, un sol que deslumbra, el calor húmedo, carros de colores, negros y mulatos, mujeres sin vergüenza, calles estrechas llenas de tiendas, ferrocariil, palabras que cambian de una orilla a otra del océano, el mar de caña de azúcar
Cada niño dejó atrás su propia historia, sus madres y padres, sus hermanos, sus mujeres, sus hijos, sus muertos, sus bailes y fiestas, sus peleas y causas pendientes… en Cuba la esclavitud está presente aún en el encierro, las 16 horas de trabajo diario y las nohes de 4 horas de sueño, el miedo y la furia, las nubes de pulgas, los delirios de la fiebre, las órdenes, los latigazos y las torturas de los capataces, la huida y la prisión.
¿Puede doler tanto un cuerpo? La muñeira se convierte en un baile de esclavos. Estos niños esclavos existieron. Algunos enviaron cartas de socorro, en las que pedían que les sacaran de ese engaño. Bibiana Candía ha recuperado sus historias, en tiempos en los que algunos tratan de olvidar y repetir que empresas criminales, ayer y hoy, se benefician del trabajo esclavo de niños y jóvenes como estos.
“Azucre”, editado por Pepitas de Calabaza, es su primera novela, corta y accesible, de párrafos certeros y llenos del sufrimiento y el engaño de aquellos días. Recordemos siempre a los racistas ignorantes que nuestros abuelos también fueron inmigrantes.