Adelante y ¡Que no decaiga!
Nadie dijo que fuera fácil cambiar el mundo.
Somos personas corrientes construyendo una sociedad nueva.
Nos mueven utopías para hacer más feliz a la gente.
Ponemos en marcha propuestas que demostramos que son posibles y que ayer tan solo soñábamos.
No contamos con los medios de las élites y los poderosos.
Tenemos límites y nos equivocamos.
Aceptamos la autocrítica y sabemos reaccionar y evolucionar para ser mejores.
Ante los enormes retos colectivos a los que nos enfrentamos debemos esforzarnos, trabajar con honestidad y sentido común, activar la inteligencia colectiva y caminar juntas en la diversidad de nuestras procedencias, sentires y experiencias.
El individualismo y la competición nos atenazan, la cooperación y el colectivo nos hacen grandes.
Que cada quien haga su parte y ponga su granito de arena. Nadie sobra si quiere aportar.
Yo seguiré tendiendo puentes.
Sin perder la alegría.
La vida de mucha gente depende de nuestros éxitos colectivos.
¡Ánimo, que lo mejor está por llegar!