“Los alemanes” de Sergio del Molino
«Si no controlas tu pasado, otros lo utilizarán contra ti”.
Desconocía la historia de los alemanes de Camerún. Supongo que como casi todo el mundo. No sabía que en Zaragoza y en otras ciudades vivió una comunidad alemana tras su periplo imperialista en Francia. Sergio del Molino escribe en esta novela los que podrían ser los sentires de los herederos de esa estirpe de alemanes que se vieron forzados a vivir aquí en un limbo de protección, pero al mismo tiempo alejados de los derechos de una ciudadanía plena, personas que vivieron sus propios rumbos con el estigma de un pasado que en algunos casos les pudo atormentar y en otros les aupó en unas vidas más relajadas.
Hay quienes han crecido en un “ecosistema podrido”, “con la culpa y el dolor sentados en una butaca de salón en silencio todos los días”.
Me ha gustado mucho esta ficción en la que ahonda en un tema universal como es el arraigo, la identidad y la pertenencia, la ubicación o desorientación en un mundo en permanente movimiento, en el que generación tras generación se trasmiten algunos legados, se ocultan ciertos pasados y se cortocircuita con tradiciones de las que se intenta huir. Pero el árbol genealógico siempre esta ahí y nos define, al menos en una parte. Más o menos grande según la trascendencia y la posibilidad de cortar más arriba o más abajo el cordón umbilical. Hay quienes sienten que la patria es la humanidad, quienes se encorsetan en fronteras nacionales y quien andan en búsqueda de su “Heimat” o patria chica. “Miramos hacia atrás porque delante no hay nada”.
“Todo cambia todo el tiempo, aunque nadie quiere que cambie nada nunca y casi nadie se da cuenta de que cambia. Sólo quienes estamos atentos podemos protagonizar las cosas y aprovecharnos de ellas en vez de dejarnos llevar”.
A partir de una investigación para aportar datos históricos de los ambientes y movimientos de estas gentes, Sergio del Molino enriquece su narración con interesantes y curiosas tramas y lugares que reconocemos los de la ciudad del cierzo. Incluso algunos personajes “públicos” (política, alcalde y hosteleros) me los he imaginado en personas reales que conozco. Hay, además, una parte de intriga relacionada con la especulación urbanística, los pelotazos asociados a la reforma del estadio de fútbol de la Romareda y la mafia israelita. ¡Ahí es nada!
Y, por supuesto, hay un hilo que une colonialistas, nazis y neonazis. Aquí lo dejo.
“España fue siempre… una madriguera de nazis, un resort de vacaciones donde los criminales envejecieron con placidez y muy bronceados”.
PD: Por cierto, Premio Alfaguara de novela 2024. ¡Toma ya!