Por una agricultura con agricultores

Aragón pierde 2000 explotaciones agrícolas cada año. 20.000 en la última década. Por cada 10 agricultores mayores de 65 años en España sólo hay 1 agricultor menor de 35 años. El envejecimiento de los agricultores es uno de los mayores desafíos a que nos enfrentamos en el campo europeo, español y aragonés. Sin embargo “la PAC no sólo no está orientada a los jóvenes agricultores, sino que los penaliza”, en palabras de Marcos Garcés, joven agricultor de Bañón (Teruel) y coordinador de las Juventudes Agrarias en la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos.

La Política Agraria Común es la madre de todas las políticas europeas, la parte más importante de los presupuestos públicos de todos los europeos. Nació para garantizar alimentos y rentas dignas para quienes aseguran que cada día tengamos comida de calidad, aún en las peores semanas de la pandemia. Sin embargo, en las últimas décadas se ha tendido a una mercantilización de las subvenciones que, en demasiados casos, engordan los bolsillos de familias pudientes, aristócratas, corporaciones transaccionales y fondos de inversión que acumulan derechos históricos por propiedades de tierras que no trabajan.

60 de las familias más ricas de España han recibido, cada una, más de 1 millón de euros en subvenciones de la PAC en la última década. Apellidos de alta alcurnia como Botín, Domecq o Mora Figueroa son los grandes beneficiados de la PAC, mientras que los aproximadamente 900.000 agricultores españoles recibieron unos 44.000 euros de media. Son demasiados herederos y especuladores de papeles, propietarios de sofá, que se lucran de estas ayudas europeas que no llegan como deberían a los agricultores. En la nueva PAC hemos conseguido que el máximo de dinero que se va a recibir por perceptor será de 200.000 y condicionado a la creación de empleo. Pero no es suficiente.

Las referencias históricas de los derechos individuales han pervertido el apoyo decidido a nuestros agricultores y ganaderos, para que puedan alcanzar la viabilidad de sus explotaciones y vivir bien de su trabajo diario. La compra y venta de papeles, de derechos históricos, han generado enormes desigualdades entre territorios y entre profesionales del campo.

Frente a esta injusticia y ante el debate actual en Europa, en España y en Aragón, hacia una nueva PAC, la mayoría política y agraria aragonesa trabajamos hace 3 años para alcanzar un acuerdo amplio, plasmado en un documento en el que mostramos nuestro apoyo directo al modelo de agricultura familiar profesional, sostenible y vinculado a nuestros pueblos, incidiendo también en la igualdad de género y en el rejuvenecimiento del campo. PSOE, Podemos, CHA, IU, Ciudadanos, UAGA y UPA, compartimos el compromiso de suprimir cuanto antes los derechos históricos y redistribuir las ayudas en favor de los agricultores profesionales y del modelo familiar. En coherencia, reivindicamos al Ministro de Agricultura del Gobierno de España, el señor Planas, valentía con nuestros agricultores y ganaderos que madrugan.

En Bruselas se está ultimando el reglamento de la próxima PAC, que en los próximos años se aplicará en España y en Aragón. Es preciso afrontar cuestiones muy relevantes, como la regionalización y el proceso de convergencia, para evitar desigualdades entre territorios y producciones, definir bien el agricultor genuino para que las principales ayudas lleguen a quienes viven mayoritariamente de la agricultura (sin excluir a agricultores pluriactivos que podrían recibir otras ayudas) y planificar adecuadamente las superficies y sectores. En definitiva, aumentar las rentas de nuestros agricultores y ganaderos, reconociendo la diversidad de la agricultura española y el reconocimiento de que no en todos los lugares cuesta lo mismo producir alimentos.

Frente a la “voxorización” y la “uberización” del campo, es decir, frente a discursos retrógrados y codicia especulativa, necesitamos una apuesta decidida para aumentar en los próximo años el número de jóvenes y mujeres trabajando la tierra, para lo cual es urgente eliminar los agravios territoriales e individuales que se han generado. Nuestros agricultores y ganaderos son imprescindibles para nuestros pueblos vivos y esenciales hacia la necesaria transición ecológica, en la que el sector primario es y será protagonista hacia un futuro sostenible y mejor. La PAC es una herramienta necesaria, que debería complementarse con la puesta en marcha de la Ley 45/2007 de desarrollo sostenible para el medio rural, que el PSOE aparcó en un cajón y el PP cerró con llave y candado una ley que, actualizada y junto a otras muchas acciones que estamos poniendo en marcha en los Gobiernos de Aragón y de España, beneficiaría a nuestros pueblos y a nuestro sector primario.

Artículo publicado en Heraldo de Aragón el 25 de junio de 2021.

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