“Yoga” de Emmanuel Carrère

Practico yoga. Me gusta aprender a tener consciencia de mi respiración. Estiro. Me relajo. No sé casi nada del origen milenario y oriental, ni la filosofía que va más allá de la práctica física. Sé que me sienta bien, que nos sienta bien, y por ahora eso me vale. De este libro no sabía nada, no tenía referencias más allá de la sugerencia en un tríptico de la Librería Cálamo. No conozco al autor ni había leído nada de él. Intuía que el libro iría de yoga.

Y en parte, sí, pero no solo. Emmanuel Carrère escribe en primera persona, sobre sus vivencias y reflexiones. Practica yoga hace 30 años y también le sienta bien. La primera parte del libro describe un retiro intensivo de yoga. Curioso. Nos habla de la meditación, que es “todo lo que ocurre interiormente durante el tiempo en que permaneces sentado, inmóvil y en silencio”. Tal cual, sin más ocurrencias. El autor, como yo, no se lo flipa (con esto).

Nos habla de salud psíquica y de infortunios psicóticos, de la aceptación de nuestros propios pensamientos y del parloteo interior, de juzgar menos y aceptar lo que somos, de prestar atención al presente, de taichí, de respiraciones y de observación. También de ser mejores personas.

Pero esta es tan sólo la primera parte del libro, mientras permanece en el retiro de yoga. A partir de una tragedia, el autor nos cuenta una parte dolorosa de su vida: la locura. Su autobiografía psiquiátrica da un giro a su, hasta entonces, ensayo sobre el yoga. Nos traslada a tratamientos de su enfermedad bipolar, a momentos de sombras y momentos de alegría pura, en su relación con diversas mujeres, amigos y jóvenes refugiados en la isla de Leros en Grecia.

No es un manual de yoga ni un libro de autoayuda. Es un libro que toca muchos temas, que el autor aborda sin un rumbo prefijado. Dice que nunca escribe mentiras, sino lo que le sale. Será verdad. A mí me ha gustado especialmente la primera parte, porque practica el yoga desde una intención en la que me he visto reflejado, pero en la que no había pensado. Y con humor, que no está de más.

Leave a comment

Add your comment here